Jose Wilson Abrego
Coyuntura Política
- Abogado y docente universitario de ética, oratoria y liderazgo: jwabrego@hotmail.com; Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Es reconocido con amplitud académica que la política internacional de un Estado es la prolongación de su política interna. La tesis descrita ha sido confirmada durante los últimos días, desafortunadamente, con un ingrato incidente diplomático entre Perú y Bolivia , en el que se ha visto envuelto nada menos que el primer mandatario boliviano y uno de sus ministros.
Lo preocupante del cuadro de tensión diplomática referido es que no se trata de un hecho aislado, lo que por cierto patentiza una política internacional improvisada y errática de nuestro país. Pone al descubierto también la soberbia y la obsesión compulsiva prevaleciente en los segmentos políticos en función de gobierno. Por las señales cotidianas, lo grave es que resultan intolerantes e impermeables a toda actitud crítica y, más aguda es aún, la resistencia a asumir – por la vía autocrítica- algún gesto de error o “lapsus”. En la praxis política – al final de cuentas- toda actuación tiene consecuencias, algunas son lamentables. Lo sucedido desnuda-una vez más – la vulnerabilidad en la conducción política y administrativa de la Bolivia de hoy.
El congestionado uso de símbolos , ritos y discursos de parte de la actual gestión de gobierno - propias de su naturaleza y carácter populista- a poco más de tres años que dura este experimento político cultural ” etnárquico”, sigue sin mostrar hasta ahora indicios de un proyecto político amplio , serio, robusto , provisto de fecundidad y viabilidad histórica. No se vislumbran señales augurantes de voluntad y actitud para articular con amplitud de miras y visión de Estado a un país que reclama la unidad de vastos sectores sociales, económico- productivos, políticos e intelectuales para encarar tareas urgentes y prioritarias. Es hora de hacerlo y no seguir esperando a ”iluminados adalides” o a los “ ángeles del cielo” para que sean ellos los que asuman tareas destinadas a resolver apremiantes problemas nacionales como los alarmantes niveles de desocupación y pobreza que no se pueden seguir postergando en la Bolivia actual , como parte integrante de un mundo globalizado incuestionablemente competitivo que demanda a este país inserto de verdad en la dinámica del concierto internacional. No se omite aquí la legítima e indisputable aspiración popular a mejores condiciones de vida para las presentes y futuras generaciones.
La geografía, la historia y la realidad actual con su diversidad de componentes físico-naturales, sociales, económicos, políticos, culturales e intelectuales- entre otros- junto a legados inexcusables asignan a Bolivia un importante rol estelar integrador en América del Sur. Es imprescindible , al e un clima pacífico de democracia, libertad, trabajo y progreso que exige su construcción inmediata y su vigencia permanente. Bolivia no sólo tiene el alto privilegio , sino- sobre todo – la elevada responsabilidad por ocupar el centro geográfico de América del Sur , por tanto, debe erigirse sin excusas en un puente de unidad y articulación de todos nuestros países hermanos.
0 comentarios:
Publicar un comentario