La UDI entre el neoliberalismo y el partido popular

Andrés Sanfuentes
Diario Financiero
02/06/09

El reciente Congreso UDI "Hacia el Bicentenario" arrojó conclusiones de interés, que fueron difundidas en un inserto de prensa, que se sintetizan en 22 propuestas específicas, para ser incorporadas en los primeros 100 días de un eventual gobierno. Los temas son variados, pues incluyen materias en ámbitos sociales, bajo el lema central "Nuestro compromiso con los que más sufren".

Durante los últimos años, ese partido ha estado tensionado por dos corrientes internas que reflejan objetivos diferentes, al menos en los énfasis. Por una parte, su definición como "partido popular", cuyos principales representantes son Pablo Longueira y Joaquín Lavín. Alternativamente, la facción encabezada por la mayoría de los "coroneles", con otro estilo y más cercanos al mundo empresarial y al pensamiento neoliberal. Una muestra de estas diferencias la constituyeron los comentarios del senador Longueira a la aproximación de Piñera al mundo popular y al tema de la pobreza, considerada como meramente intelectual, lo cual pondría en duda su triunfo en diciembre.

Las formulaciones están concebidas para reforzar la aproximación del candidato al asunto de la pobreza y en ese carácter le fueron entregadas. Al mismo tiempo, tienen el sello de Lavín, invitado central a exponer su pensamiento y que se tradujo en aspectos que fueron incorporados al texto final y que son algunos de las más novedosos.

Se observa una evidente inconsistencia entre el programa de los 100 días y su puesta en práctica. Crear en el gabinete ministerial una autoridad social a cargo del cumplimiento de las metas, la transparencia de los recursos y la evaluación de los resultados, difícilmente tendría éxito en ese plazo y refleja un serio desconocimiento de cómo opera la administración del Estado, sujeta a leyes, reglamentos, normas presupuestarias, responsabilidades políticas y personales indelegables. Otra cosa es la tarea mayor, de largo plazo, sugerida por el Consejo Trabajo y Equidad de "establecer una autoridad social dedicada a la coordinación y evaluación de las políticas sociales", la cual también puede servir de contrapeso a la "dictadura de Hacienda". Algo similar ocurre con la designación de un ministro en campaña para erradicar los campamentos antes de terminar el año del Bicentenario; las experiencias con este tipo de funciones ejecutivas al margen de las instancias regulares no han sido exitosas.

Hay planteamientos muy generales, buenos deseos sin mayor contenido y votos de confianza, como "más y mejor trabajo: sabemos hacerlo", algo petulante, pero al menos no se repite la muletilla neoliberal de la flexibilidad laboral, que habría quedado fuera de contexto. Al mismo tiempo, algunas propuestas concretas que son novedosas: los bonos "silla de ruedas" y "sonrisa" que deberían ser copiados por los otros candidatos. También se ofrece el "bono automático Auge", que permite a quienes no son atendidos oportunamente por los servicios públicos recurrir a entes privados, lo cual tiene fundamento en el incumplimiento de compromisos estatales. Diferente es el cheque para la defensa judicial, que permitiría la contratación de abogados particulares, el que cae en la obsesión neoliberal de privatizarlo todo, en circunstancias que se prestaría para todo tipo de abusos, a causa de las asimetrías de información, la captura, los eventuales acuerdos ilegítimos entre clientes y defensores y la fabricación de juicios.

El campo de la vivienda da un lugar privilegiado al populismo: condonaciones y perdonazos ante las "injusticias", ofertones en la ampliación de las viviendas que suena atractivo, pero impracticable por motivos del alto costo, menos en 100 días. Esto último lleva a un tema fundamental, el antipático financiamiento para cumplir las promesas. De eso no se habla, porque aumentos de impuestos no son posibles en la vertiente neoliberal que desea reducirlos y achicar el tamaño del Estado.

Por último, ¿cómo resolver la contradicción entre las dos "sensibilidades" presentes (porque la UDI también tiene "dos almas"). La corriente neoliberal anti estatista y la del partido popular que pretende construir un Chile más justo, lo cual requiere ingentes recursos estatales, como los que están implícitos en el documento; por ejemplo, la condonación a los deudores PET y la supresión del 7% del aporte de los jubilados a la salud.

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